Hoy es el DÍA MUNDIAL SOBRE LA DESERTIFICACIÓN Y LA SEQUÍA. ¿Este tema otra vez? Llevamos demasiados años oyendo que los suelos se hacen cada vez más áridos, parece un proceso inevitable, algo a lo que nos tendremos que adaptar como podamos. ¿Es así realmente?
Los datos de las Naciones Unidas hablan por sí solos: estamos eliminando los ecosistemas naturales para realizar nuestras actividades productivas. Deforestamos. Y como consecuencia, llega la desertificación. Resultado, suelos áridos.
Y recordemos que esto no es cosa de otros: España sigue es el país de Europa con mayor riesgo de desertificación: el 75% de su territorio está en riesgo y parte ya se ha degradado de forma irreversible.
¿Qué ocurre entonces?
- Que el suelo pierde sus propiedades, no lo podemos usar.
- A esto sumamos la pérdida de biodiversidad; recordemos que estamos ante la sexta gran extinción.
- Y además, aumentamos entre un 12 y un 20% de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero y contribuyen al calentamiento global.
Si este problema acaba contribuyendo al cambio climático, que sí que parece que es la mayor preocupación actual a nivel mundial, sí que debe ser algo serio sobre lo que actuar.
Igual que hablamos de la neutralidad en las emisiones, podemos hablar de la neutralidad de la degradación de la tierra (LDN): “Un estado por el cual la cantidad y calidad de los recursos de la tierra, necesarios para apoyar las funciones y servicios del ecosistema y mejorar la seguridad alimentaria, se mantiene estable o aumenta dentro de escalas y ecosistemas temporales y espaciales específicos”. ¿Cómo?. A través de una buena gestión del suelo y de contrarrestar la pérdida esperada de tierras productivas con la recuperación de áreas degradadas.
Más de 120 países ya están adheridos al Programa de Establecimiento de Objetivos de LDN. La tierra es limitada y la falta de recursos debido a la desertificación genera pobreza, migraciones y conflictos sociales y políticos, nuevamente estamos ante un problema global.
Viendo que se trata de un problema ambiental y social, es razonable que los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), hayan destinado uno de ellos a este tema:
Una de las metas de este objetivo es la 15.3 “Para 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo”.
¿Seremos capaces?
Para empezar, os proponemos dos vías interesantes:
- El conocimiento: la información es fundamental, conocer la magnitud del problema y sus consecuencias, y darle difusión, es la base para actuar a cualquier nivel. Por eso podréis consultar el programa con las actividades previstas para este día pinchando AQUÍ.
- La actuación: se está alentado a los inversores del sector privado, para que puedan invertir en productos sostenibles relacionados con la LDN. No cabe duda que pueden ser los primeros interesados, puesto que los efectos negativos de la degradación del suelo tendrán consecuencias en muchas empresas de sectores privados. Además, se presenta como una oportunidad de inversión sostenible a largo plazo con riesgo similar a inversiones con horizontes temporales equivalentes. Para más información accede AQUÍ.
⋘La DESERTIFICACIÓN es un problema actual inevitable sobre el que debemos actuar si queremos lograr a gran escala: la sostenibilidad, la lucha contra la pobreza, el cambio climático y el cumplimiento de los ODS; y a pequeña escala la preservación de nuestra tierra y nuestros recursos ambientales y económicos ⋙